martes, septiembre 06, 2005

De Tunning, Pereiranas y júbilo al cuerpo

Un mes de cosecha –como lo es Agosto- no tanto ya de grano rojo intenso y jugoso del café como lo era en su principio, sino más bien una cosecha de bellas mujeres y actividades para celebrar el cumpleaños de la exótica Pereira.

Saliendo por allí a una que otra actividad, visitando lo poco de cultural que tienen y si lo mucho de fútil y hedonista que se vive. Me doy cuenta que cada vez hay más gente para beber y para gozársela, de eso no queda la menor duda, la ciudad crece y los tiempos cambian o ¿serán las personas? –bueno no es hora de entrar en debates filosóficos- en lo practico en el mundo sensible, la abundancia de cuerpos femeninos voluptuosos es descomunal, mucho tunnig como dicen mis amigos -comparación odiosa pero al fin de cuentas aceptable -. Sí, numerosas mejoritas con silicona y lipo.

Es innegable, en la cabalgata o de rumba muy bonitas todas estas pereiranas, muchas curvas, muy deseables, modelo mejorado –perdonen lo hosco de la comparación- pero hablando de autos por mucho tunning que se le haga el motor y el año sigue siendo el mismo nada que hacer. Entonces fue cuando me pregunte por la mujer tunning o mejor tuniada si esa que va por el tiempo que tiene por acá buscando la aceptación de la sociedad. Y vi que muchas chicas usan zancos en vez de zapatos, mujeres muy delgadas empeñadas en quedar en el mero hueso y toda una serie de mujeres disfrazadas que venden hasta su propia alma por una talla de tetas treinta y cuatro (b) y más. ¡Mujeres! deberían estar preocupadas, la cohesión natural de la mujer se fractura, y esta la induce a preguntarse si es o no una buena persona y a basar el valor que ella misma se atribuye no en quién es sino en lo que parece. Obligándola a usar toda su energía en preocuparse por la cantidad de alimento que ha comido o las lecturas de la báscula, las medidas de la cinta métrica y la última cirugía que se practico, envidia y cometarios de las amigas.

Que lástima mucho por fuera y nadita por dentro y lo peor, por vanidad niegan su feminidad se dejan arrastrar por el símbolo para ser objeto de deseo, simplemente en busca del paraíso como en el libro que rueda por allí “Sin tetas no hay paraíso” y a propósito de tetas, las del libro son de una Pereirana. ¿Que alguién me diga que es el paraíso?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante observación. Vi la reseña de tu blog en Semana.com. Te invito a pasarte por www.tierrademaiz.com mi blog personal, creo que tenemos muchos temas en común y claro, el gusto por escribir.

Vera Carvajal